El Kremlin rechaza cualquier negociación con Tokio sobre las Islas Kuriles
"El presidente de Rusia y otros oficiales iban y seguirán yendo a las Islas Kuriles", así lo afirmó el jefe de la Administración presidencial rusa Serguéi Naryshkin durante su reunión con el ministro de Exteriores japonés, Seiji Maehara.
Según el funcionario, la posición de Moscú se basa en que un acuerdo de paz entre Rusia y Japón debe ser concluido sin condiciones preliminares. Naryshkin también añadió que el Kremlin no ve ningún sentido en discutir más la soberanía rusa de este territorio más aún, después de las recientes declaraciones "poco diplomáticas" de Tokio sobre la visita de Dmitri Medvédev en noviembre pasado a la ínsula.
Al mismo tiempo la posición de la parte nipona continúa igual de inalterable. El jefe del Exterior japonés asegura que miles de ciudadanos del país del 'sol naciente' esperan la posibilidad de regresar a su patria histórica, refiriéndose a las cuatro islas del archipiélago de Kuriles -Iturup, Kunashir, Shikotán y Jabomai– sobre el que, según él, Rusia no tiene ningún derecho.
El problema de las Kuriles se ha constituido desde hace tiempo en un escollo en las relaciones entre ambos gobiernos. Este desacuerdo impide desde hace 65 años la firma de un tratado de paz entre las partes.
Las islas fueron ocupadas por el Ejército soviético tras la victoria de los aliados sobre el Japón militarista en la Segunda Guerra Mundial. El apoyo de Rusia a las Kuriles se debilitó en la década de 1990 cuando se retiró la presencia militar en dicho enclave geográfico y muchos habitantes rusos abandonaron el territorio insular mudándose al continental. Sin embargo Moscú no cesa en la insistencia en que las islas en disputa son parte inalterable del suelo ruso.
La importancia de las Kuriles del Sur radica en sus intereses económicos: las aguas de esa área geográfica son ricas en recursos hidrobiológicos y además para el Kremlin es indispensable conservar sus derechos sobre la amplia zona marítima.