Israel lanzó en la noche del jueves al viernes un masivo bombardeo sobre territorio iraní, alcanzando instalaciones nucleares de la nación persa y matando a varios altos comandantes militares, donde han muerto al menos 78 personas y otras 320 han resultado heridas.
Más de 200 aviones de combate de la Fuerza Aérea israelí participaron en las acciones y lanzaron más de 300 proyectiles contra unos 100 objetivos. La operación, centrada en atacar el corazón del programa nuclear iraní, fue calificada de "muy exitosa" por el primer ministro de la nación hebrea, Benjamín Netanyahu.
La tensión en Oriente Medio escaló dramáticamente durante la noche del viernes al sábado. En respuesta a estos ataques, que siguen en curso con nuevos bombardeos, Teherán llevó a cabo una ofensiva con oleadas sucesivas de misiles balísticos contra territorio israelí (especialmente en Tel Aviv y Jerusalén). La famosa Cúpula de Hierro logró interceptar algunos de los proyectiles, aunque otros lograron evadir las defensas y alcanzar sus objetivos. Las explosiones dejan hasta el momento al menos cuatro muertos y más de 70 heridos.